La historia de la gran pantalla en Chile comienza poco después del aclamado surgimiento del cinema en París. Luego de más de un siglo de trayectoria, la industria cinematográfica se muestra sólida, goza de prestigio y cuenta con destacados protagonistas en todos los ámbitos. Por ello, te traemos una interesante y breve reseña sobre el cine chileno.
Los inicios del cine en Chile
La reseña sobre el cine chileno comienza con la primera proyección que llegó a Santiago en el año 1.896. Esto despertó de inmediato la curiosidad y el interés de millares de personas por conocer tan asombroso método de entretenimiento.
Poco tiempo después, comenzaron los primeros intentos de producir historias de manufactura nacional, algo que se hizo realidad de la mano de Luis Oddó Osorio en el Teatro de la Filarmónica, donde se mostraron al mundo en 1.897 cortometrajes breves de cine mudo y en blanco y negro, grabados en el formato de 35mm.
En 1.902 se logró editar completamente una película en el país, se llamó Ejercicio General del Cuerpo de Bomberos.
La primera cinta argumental fue La baraja de la muerte, mientras que La Transmisión del Mando fue la pionera en animación de producción chilena.
Años después, el cine chileno logró evolucionar hasta presentar diversidad de sucesos, ya con montajes de mejor calidad. Las producciones disponibles eran extranjeras o nacionales sobre documentales, biografías, desfiles e imágenes de las bellezas naturales de Chile.
Con la aparición de los cortometrajes de corte violento, con imágenes que representaban la criminalidad, el alcoholismo y otros problemas sociales, surgió la censura para las obras a exhibir en el país.
En 1.934 se produjo en Chile el primer film con sonido llamado Norte y Sur, al que le siguieron éxitos como La Amarga Verdad en 1.945, El hombre que se Llevaron de 1.946 y la Dama de las Camelias de 1.947.
Actualmente, la película chilena más antigua que se proyecta es Un paseo a Playa Ancha, del año 1.903.
Chilefilms es una emblemática empresa cinematográfica y televisiva de Chile, la cual comenzó con inversión y respaldo estatal, para luego pasar a manos de capital privado. Esta organización le dio el impulso necesario a la industria para las primeras grandes producciones chilenas.
El objetivo de esta empresa era la producción de películas con miras a la exportación, siguiendo el modelo norteamericano.
Cambios hacia el nuevo cine chileno
Los cambios políticos y socio culturales de los años 1.960 trajeron desconcierto a todo el continente, surgieron nuevas ideas, reflexiones y sucesos que influyeron en la propuesta cinematográfica de muchos países del sur.
Todas estas iniciativas creativas abrieron un panorama de posibilidades a los cineastas chilenos, quienes se apoyaron en esta revolución cultural para regalarle al público entusiasta producciones como el Chacal de Nuhueltoro de Miguel Littin, Tres Tristes Tigres de Raúl Ruíz y Valparaíso mi amor de Aldo Francia.
Durante la dictadura de Pinochet, la industria cinematográfica chilena fue fructífera desde el exilio, con directores, guionistas y otros representantes que siguieron trabajando por el cine en los países de acogida.
En el año 1990, el público chileno pudo disfrutar del trabajo de cineastas como Littin, Ruiz, Guzmán, Valeria Sarmiento, Sergio Castilla, Sebastián Alarcón, Orlando Lübbert, y muchos otros.
Una de las películas más significativas de este período es La luna en el Espejo, de José Donoso, la cual recibió reconocimiento público de la crítica internacional, al igual que La Frontera de Ricardo Larraín.
El nuevo siglo
Las salas de cine fueron renovadas con núcleos múltiples que ofrecían lugares de encuentro y diversión para todas las edades. La mayoría de ellas redujo su tamaño y la capacidad de espectadores, siguiendo la tendencia internacional.
La nueva era comenzó de forma prolífica con cintas como Taxi para tres (2.001), Sexo con amor (2.003) y Machuca del 2.004. Ya en el 2.011 se estrenó Violeta se fue a los cielos y NO de Pablo Larraín, luego Gloria de Sebastián Lelio, Una mujer fantástica del 2.017 y Tarde para morir joven del 2.019.
Actualmente, el cine chileno es activo y de elevada calidad profesional, presenta un ambiente donde convergen técnicos, especialistas, guionistas, actores y directores de reconocida trayectoria y éxito.